sábado, 3 de enero de 2015


En aquella época, en el momento que la vi por primera vez, fue por su forma de ser la más sencilla manera de conocerla; era como si estuviésemos unidos desde hace mucho antes.

Bastó su mirada y su gesto infructífero de pretender ocultarse en sí misma para invitarla a salir. Formar parte de su vida, fue demasiado natural para ser real.

Era fácil introducirse en sus sentimientos, pues los compartía conmigo; a veces con una mirada, otras con una sonrisa.

Hasta en sus momentos de enfado se percibía su bondad. Tuve  inmensa suerte conocerla; pero cuando se fue, ella se quedó en el camino, aún así la siento conmigo y no dejo de recordarla, con esa mirada sonriente como intentando atrapar algún pensamiento mío.

No obstante, nunca descubrió lo importante que para mí ella fue. No percibió que su sola presencia embestía mi soledad.

Cartas, muchas cartas son ahora suspiros de melancolía que junto a ellas pienso que si bien no sé si habrá un mañana y sus ímpetus la lleve a algún confín, se que ambos nos acompañaremos, no importa la distancia, ni siquiera la ausencia o el silencio, basta con saber que en este preciso momento nuestros sentimientos se encuentran trascendiendo el presente.

La Paz, 03 de enero de 2015.

lunes, 30 de septiembre de 2013

HOY SOÑE

 
 
 
HOY, SOÑE
 
 

De tiempos transcurridos, hoy soñé contigo.

La noche y la muerte se hicieron a un lado por un momento;

Acaricie tus mejillas. Tu sonrisa y tu mirada, enloquecieron mi melancólica felicidad; Pero
 
el despertar transformó el instante en perenne soledad.

sábado, 12 de enero de 2013



¿Habrá Mejor Dicha?

Olvidar tu primera mirada hacia mi jamás podría; marcó el inicio de mi trajinar buscando en los caminos escondidos de mi alma, conocer el verdadero amor. Al conocerte, fue sencillo saber y sentir ese sentimiento sublime. Amor igual no encontré ni encontraré, no lo deseo; no imagino mis días sin aquel amor.
Han pasado muchos años y esa mirada permanece en mi corazón como si en este preciso momento se estuviera suscitando.
No estás muerta, tu corazón late frenéticamente al ritmo del mío; somos uno solo. Nada me apetece, nada me motiva. Sólo estar a tu lado; mi cuerpo junto al tuyo consumiéndonos hasta transformarnos en  errantes vientos eternos.
Día y noche estoy en tu tumba, nuestro aposento. Me invade la desesperación al extremo de arañar la tierra; me revuelco en ella, me entierro tanto que logro encontrar tu aliento. Sí lo siento, te siento; tu respiración es profunda como la mía y tu mirada vuelve una vez más hacia mí. La noche es corta y con ella tu mirada se pierde en lontananza.
Es un nuevo día, tu sonrisa se dibuja en la mía; me acaricia, me llama, la noche, las noches son nuestras; vagaremos una vez más y otras más. Esperaré a que oscurezca y al encontrarte me fundiré en tu mirada ¿Habrá mejor dicha?
Jdecr.

Fragmento
Cueca Boliviana:
...te amare con ansias locas
hasta en la hora de mi muerte
hasta el día en que sucumba
si hay amores en la tumba
en la tumba yo he de amarte
si hay amores en la tumba
en la tumba yo he de amarte…

viernes, 11 de enero de 2013




Hoy te vi

Cuando te vi pasar por aquella calle en pleno sol, con tus recién cumplidos 15 o 16, salías creo del colegio, el sol brillaba más que nunca; y en ese momento el mundo dejó de moverse naciendo el amor que jamás habría sentido ni sentiré nunca más. Te vi con el cuaderno y libros bajo el brazo, delgada y tus cabellos libres al viento. Me perdí en tus profundos ojos cuando por casualidad me miraste. Por un momento eterno sentí la felicidad más intensa que experimente cuando fue el primer beso y el primer te amo, el tomarte de la mano y el acompañarte a tu casa.

Te recuerdo así. No, no es un recuerdo; es lo que en este momento estoy sintiendo. No estas muerta, siento tus manos, tu aliento; escucho tu voz.

-        Te pregunto ¿Que ves?

-        El álbum. Esta me gusta y esta otra fotografía también

-        Estas tú, loco y callado. Ah, mira esta otra, fue cuando nos sacaron juntos. Que flaco estas.

-        Te pregunto; y, ahora qué escribes.

-        El Diario, nuestro Diario, entiérrame con él, será como estar contigo toda la eternidad…

Hoy, en este preciso momento, más que nunca ansío estar junto a ti, transformándonos, consumiéndonos bajo el manto de la tierra.

No estoy triste, si hasta puedo hablar y escuchar tu voz. Qué felicidad ¿Quién dijo que la felicidad no existe? ¿Quién dijo que el pasado ya no existe?

Es de mañana, que el día pase, que la tarde pase, que la noche sea eterna, que la luna sea el sol, que el sepulcro sea nuestro hogar. 

lunes, 7 de enero de 2013


 

Fragmento

De Humberto Quino Marquez

 

¿A qué hora se ama?

El alba anuncia

El hálito vulnerable

De este hueco que hay en tu corazón.

 

La flora terrenal

Anuncia la espesura de tu piel,

Y la cavidad de tu deseo.

 

Mientras yo agonizo

Mar adentro

En tus bellos muslos.

sábado, 29 de diciembre de 2012



Te Escribiré

Soñé y, en bruma de tonos claros, en pequeña silueta blanca te reconocí; luz confundida entre el cielo tranquilo y las hojas secas, sobre las que vas saltando como un resplandor que va acariciando cada una de ellas.

El viento suave mueve las olas de tu blanco delantal. La alegría de verte, hace que te persiga, cuanto más me acerco, siento los almizcles de tus cabellos.
 
Del movimiento de tus manos parecen brotar acariciantes fragancias en las que me sumerjo cada vez más hasta encontrar tu rostro que me llama; pero, qué sensación de placidez envuelve todo mi ser.
Es de mañana y escribes. Tus cabellos arrullan tu rostro. El suave tono de tu voz parece decir:

- Hace mucho que no te escribo. Ahora que me encontraste escribiré y te contaré del largo tiempo de estar sin ti.

- No, seré yo el que te confiese del aterrador tormento de no verte en todos estos años. Hice muchas cosas, caminé por todas partes. Te imaginé viva en mis noches de eterna desventura, caminé por nuestras calles. Te recordé en pleno sol; escuché tu voz; en mi languidez de intentar tocarte, me estrujaba hasta despertar rasgando el suelo de aquella calle cómplice que una vez nos vio pasar. Entonces, cansado me interné demente hasta encontrar aquella bruma de tonos claros. Te encontré, te encontré mejor felicidad no habrá. No te vayas…No importa, esta noche volveré a tu eterno aposento para saber lo que escribiste.